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La cultura puede ser entendida como una construcción que atraviesa todas las dimensiones de la existencia y que implica un acto simbólico creador y creativo de lo que se concibe como realidad. En consecuencia,  el contexto, la condición de ciudadanía y las valoraciones estéticas desde las que se accede a ella, son determinantes en la formación de las personas y en la construcción de sociedad.

Es en este punto, donde se generan prácticas y comportamientos que constituyen el  acervo  cultural en el que se adscribe un territorio, desde donde se legitiman imaginarios y representaciones, que confluyen en la construcción de lo colectivo, como escenario en el que se vivencia la ciudadanía como posibilidad de construir lo público.

La música fue la excusa para anclarse en la identidad. Desde allí, el ritmo, el sabor y el corrinche han construído nuevos destinos, otros oficios, otros sueños. No solo el blanco simboliza la paz. 

son batá

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